El conquistador español Juan Ponce de León fue el primer europeo que
oyó hablar de esta milagrosa fuente, en Puerto Rico. Allí, los indios
borinquinos le hablaron de la isla Biminí, en la que supuestamente había un
manantial que devolvía el vigor y la salud a los enfermos y ancianos que se
bañaran en sus aguas. El 4 de marzo de 1513, Ponce de León partió en su
búsqueda. Un mes después avistó tierra y desembarcó en las costas de la actual
Florida, donde buscó infructuosamente la fuente hasta que fue herido y regresó
a Cuba.
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