Rennes-le-Château es un lugar estremecedor, situado en la Provenza
francesa. Cuentan que alberga secretos ancestrales, como el tesoro del templo
de Salomón, que los visigodos saquearon de Roma en el año 410 de nuestra era.
Una enigmática teoría afirma que María Magdalena desembarcó en esta región
junto a un hijo de Jesús, originando una dinastía mesiánica. Tras descubrir
unos pergaminos, un sacerdote llamado François Saunière hizo fortuna
misteriosamente y añadió una estatua del diablo, que sustenta la pila
bautismal. En el dintel de la puerta figura la inscripción "Terribilis est
locus iste"
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