En 1553, Francisco Pizarro exigió un rescate a cambio de la vida del
emperador Atahualpa. El soberano prometió llenar una habitación de oro, y
cumplió su palabra. Quien no lo hizo fue Pizarro, que aun así lo mandó
ejecutar. En venganza, los incas robaron el oro y al parecer lo arrojaron al
lago Yanacocha, en la región de Llanganati, en los Andes. En 1700, el español
Atanasio Guzmán fue en busca del oro, y aunque no lo encontró, hizo un mapa de
la región. El original no se conserva, pero sí una copia que hizo el explorador
inglés Richard Spruce y que está en el Museo de Historia Natural de Londres. El
propio Spruce realizó una expedición para localizar el tesoro, pero no regresó.
Atatahualpa
(1500-1533)
Fue el último emperador de los incas. Los españoles le ejecutaron a
garrote vil tras haberle acusado de fratricidio, ya que había mandado matar a
su hermano Huáscar (que se había aliado con los conquistadores para hacerse con
el trono), y convirtió incluso su cráneo en una vasija de oro para beber.
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